No se ve... Se vive



GRANDES DECISIONES

Cuantas veces habré oído decir que hay pensarse dos veces las cosas antes de hacerlas?
En ocasiones las mejores decisiones se toman en segundos...

7 días antes de embarcarme en un ferry que zarpaba hacia un destino que tenía pendiente, tenía el texto preparado en un correo electrónico para dar un paso atrás y decir: No puedo, las circunstancias no me dejan.
Y cuando iba a pulsar ''ENVIAR'' me llegó un correo: alguien te ha respondido en el foro4x4.

-No quiero mirarlo!!

Pero...lo miré.

-Ana, estas desaparecida? Como llevas los preparativos?...etcétera...

Basta que no podamos hacer algo para tener aun más ganas de hacerlo...
...Basta que no queramos dejar de hacer algo, para encontrar el modo de hacerlo...

La solución?? Sencilla...

ELIMINAR BORRADOR y darle vueltas a la cabeza para encontrar la forma de llevarlo a cabo.

Donde estoy, lo sé.... Donde estaré en 10 días, lo sé... Solo había que encontrar el medio para llegar donde quería estar... y eso me planteaba un reto.
Así que lo tomé como tal... África se convirtió durante 7 días en mi Everest, Ceuta era mi bandera y el ferry mi escalada.

Cuando se cierra un puerta, se abre una ventana....y cuando queremos algo de verdad, se nos agudiza el ingenio y, si es necesario, abrimos agujeros en las paredes!

Y sin más, un 31 de Julio me encontré en el primer ferry con destino Ceuta para recorrer Africa Occidental en coche con, inicialmente, 12 personas que no conocía, gracias a un foro y con un eslogan que decía así:

30-31 Julio. Previa Algeciras-Marrakech

Es curioso como lo que más recuerdo de este día eterno (debido a que no dormimos nada la noche anterior puesto que la pasamos en la cola del ferry) es exactamente eso: esperar en Algeciras a que llegases las 7:00 para embarcar mientras iba conociendo a, los serían mis compañeros de viajes (unos de más días, otros de menos, pero compañeros).

El primero, Paco (Paquillo), al que conocí el día anterior en Corboda (que calor!), junto a su mujer y sus dos hijos; y que amablemente me abrieron las puertas de su casa para reponer fuerzas, comer y esperar a que llegase el primer coche en el que yo iría: el R19 de Pablo.

Mas tarde, Pablo, al que cariñosamente recuerdo como: el hombre con más dudas del mundo!!!

Ya entrada casi la noche y en Sevilla: Los Canarios (Juan & Pedro) que acabarían convirtiéndose en mis anfitriones. Pedro...la energía. Juan la templanza. Y juntos: un gran tandem.

Llegados a Algeciras, aparcados y de tertulia con un cafetito canario (que se convertiría en el gran aliado del viaje) apareció un Patrol destartalado y humeante!! Y de él bajaron: Carlos y Natalie.
Él...un hombre peculiar donde los haya. Ella...tranquila, muy tranquila.

Ya de madrugada...Iñaki y Mariví: me siento incapaz de describirlos por separado. Para mi: indivisibles.

Ya estábamos todos los que estábamos, aunque no todos los que eramos. Faltarían dos alicantinos: Jose, Dani y sus respectivas camper que nos esperaban en Guelmin, y dos hermanos moteros de Peñiscola que tenían que embarcar al día siguiente y decían que nos alcanzarían.

Y así, entre cafés, dudas de Pablo de si el coche llegaría o no a destino, llamadas a altas horas de la madrugada, configurando GPSs, intentando dormir un par de horas.....llegaron las 7:00.

AHORA SÍ, PACO!! AHORA SI NOS VAMOS!!



31 Julio: Algeciras - Marrakech.

Después de tantos días de carretera, caminos y pistas; de tantos paisajes indescriptibles y experiencias nuevas...mi memoria se ha vuelto selectiva.
Recuerdo que el primer día estaba... expectante.
El primer viaje sin conocer a nadie previamente que hacía, a un país en el que nunca había estado, con las opiniones negativas de muchos y las positivas de algunos.

Cuando pasamos la primera frontera: Ceuta-Marruecos me sentí aliviada. Como si toda la semana anterior hubiese estado conteniendo el aire para no apagar la vela, pisando de puntillas para no estropear nada.
Tal es así que a duras penas recuerdo el trayecto hasta Marrakech.

Y no es que no me haya gustado; simplemente es que...es otro África diferente al que me ha enamorado.
Un África más europeo, más comercial, más turístico y enfocado a él, mucho más desarrollado en muchos sentidos.

Yo lo sentí frió e impersonal (siempre en comparación con lo que conocería después).
Y haciendo una excepción: la plaza Djemaa el Fna, que tiene vida propia y se transforma de noche sin a penas llegar a apreciarlo en un lugar donde poner vista, oido, olfato, gusto y tacto a trabajar a pleno rendimiento.

1 Agosto: Marrakech - Agadir - Guelmim

Unos 250 km al Oeste de Marrakech y casi entrado el medio día llegamos a Agadir (el Cullera de Marruecos).
Las casetas de ''los vigilantes de la playa'', el paseo adoquinado, los restaurantes al pie de la finísima arena (blancos, con techos azules y toldos a rayas marineras) y esa kasbah en la colina y a pie de costa se traduce en dos palabras: turismo europeo.

Después de llegar al punto de encuentro, de comer a las afueras por respeto a un Ramadán que ese mismo día comenzó, nos pusimos en marcha rumbo a Guelmim.

Quiero hacer un puntualización con respecto al Ramadán. Pensé que éste entorpecería el viaje y muy lejos de mi confusión, lo que ha logrado es darle mucha autenticidad, ha aportado momentos ''surrealistas'' (más adelante los iré explicando) e impensables en nuestra cultura o no-cultura, momentos divertidos y curiosos.

Ya de camino a Guelmim hicimos una parada que, después de dos días de mucho coche y no muchas emociones, era necesaria. 

A 180 km de Agadir ''Cullera Marroquí'' se encuentra Sidi Ifni, una pequeña ciudad blanca y azul, que se hunde en una costa acantilada, cerrada hacia el interior por montañas y que es dueña de la playa de Legzira...que esconde en ella tres arcos de piedra (una obra maestra de las olas y el viento) que cuando los atraviesas te hacen sentir muy pequeño.
El R19 fue el primero en llegar. Tanto Paco como Pablo no se resistieron a ponerse el bañador y retarse a ellos mismos a sumergirse en el Atlántico.
Luego descubrí que lo que realmente quería Paco era hacer angelitos en la arena.
Y a todo esto...miro a través del segundo arco y al fondo de la playa veo dos coches que se aproximan por la orilla.
Y entonces pensé: Ahora ya estoy en África!!

No me imagino lo que pasaría en la playa de San Juan, a las 17:00 de un mes de Agosto si decidiese dar un paseo por la orilla en coche...pero en las noticias saldría, seguro.


Después de un rato de paseo por la orilla de Legzira...el tiempo apremia y hemos de llegar a Guelmim antes de que anochezca.... Por qué??? Pues porque aún seguíamos haciendo caso a los ''puntos de encuentro'' y allí teníamos que encontrarnos con Jose y Dani y sus respectivas camper y con León y Andrés y sus respectivas motos.

Sobre estos últimos no teníamos ninguna esperanza de que llegasen. Salieron un día más tarde que nosotros de España y dudábamos mucho (muchísimo) que hiciesen casi 1.000km en un día.

Llegamos entrada la noche en Guelmim, entramos a la ciudad al ritmo de al-adán (la llamada a la oración).
Tráfico, gentío, ruido, semáforos, olores, un R19, una Mitsu L300, un Patrol, un Toyota, 9 europeos dando vueltas calle arriba y calle abajo...pero ni rastro de dos alicantinos con Campers.
(Ya he comentado que con las motos no contábamos).

Y...no recuerdo bien como fue, me giré y cuando volví a mirar ahí estaban:

Josete (una persona con la que sabes que te llevarás bien desde el primer momento por que lleva en la frente el cartel de: me adapto sin problema) y su Westfalia (una mimada que demostró que puede con todo!).

Dani (el ejemplo de que por mucho que cumplamos años, tenemos la edad que sentimos) y la Hyundai H1 (un bicho malo).

Ya estamos todos...busquemos un hueco y acampemos!

Un descampado enorme situado a las afueras fue el rincón elegido y, de repente, una llamada entrante:

- Ana, donde estáis?? Soy León. Estamos en el punto de encuentro y no hay nadie!!

Definitivamente los subestimamos. 

- 2 minutos y estamos allí. No os esperábamos.

Debieron alucinar. Me habían llamado a medio día para decirme que nos alcanzaban y ninguno les creímos.

Y allí, delante de la mezquita en hora punta estaban los dos hermanos:

León (reservado, competitivo, protector y cuyo carisma te gana con el paso de los días) y su GS ( una temeraria que cuando se estresa...se planta).

Andrés (entrañable, un tímido de corta edad pero que es grande, muy grande) y su Suzuki (la niña de sus ojos...y no és para menos).

Ahora sí...ahora sí que estamos todos!!!

Ya podemos irnos a dormir.


2 Agosto: Guelmim - Boujdour

Buenos días!!


Tras una noche de risas, conversación, tiendas de campaña, piedras en las costillas, ronquidos y vecinos de Guelmim paseando por nuestro lado...se hace la luz...descubrimos que en un descampado muy grande decidimos la noche antes aparcar los coches en el único camino que en él había.
Cómo no iban a pasar por él transeúntes, cabras, perros....!!
Y ahora era el turno de despejarse, tomarse el café canario (¿qué hubiera sido de muchos de nosotros sin esa cafetera...?), desmantelar el campamento y echar a rodar!!

Tenemos que llegar al monumento ''Saint Exupery'' de Tarfaya antes de las 11:00....

Ne Pas problème!!! (estas 3 palabras se harán básicas en África). -Solo son 300 km.

Que ilusos....

Hacer esa distancia en España, en 3-4 horas por autopistas donde las mayores distracciones que tenemos son: áreas de descanso, de servicio o molinos...es rutinario.

Hacerlo en África y ese día (el primero de muchos) fue imposible.

Te montas en el coche marcándote una meta, unos plazos, un itinerario, una carretera... haciéndolo porque es lo que hacemos cada día, lo que sabemos hacer y las costumbres cuesta mucho modificarlas.
Miramos el reloj, el velocímetro, el nivel de gasolina para verificar que no hace falta parar a repostar.
Todo está en orden: llegaremos a la hora prevista.

Pero ese objetivo va perdiendo credibilidad cuando te encuentras una carretera que se extiende junto a una costa que muere en altos acantilados; y la pierde del todo cuando te das cuenta de que no existen los quitamiedos, no hay prohibiciones, nada te impide parar en un arcén inexistente ni adentrarte tierra adentro hasta donde la curiosidad te lleve.

Y toda esa mañana, la curiosidad y África nos guiaron:





Conscientes de que las 11:00, de momento, ya se habían convertido en las 14:00 y parando cada pocos kilómetros para disfrutar de lo que el trayecto nos iba deparando, apenas reconozco el momento en que la temperatura aumentó, la arena palideció y el único rastro de vida que había eran: a la derecha, las cabañas de pescadores. A la izquierda, rebaños de dromedarios y cabras.

Y en medio de la austeridad, ellos:



ARENA, DESIERTO, JAIMAS Y OLVIDO...

Más de 40 grados de temperatura y allí están ellas con sus 10m de melfa alrededor del cuerpo, con las cabezas cubiertas y guantes de lana...fieles a aquello en lo que creen, fieles a ellas mismas. Evitando de esa forma que sus pieles se curtan por el sol.

Después de aquella parada continuamos el camino. Calor, arena paseando de un lado a otro de la carretera, salinas naturales, Tarfaya, parada para comprar naranjas, más arena....



Y entrando el anochecer, Boujdour.

Allí somos recibidos por dos grandes columnas adornadas con las figuras de dos avestruces y la cabina del control policial.

(La explicación sobre las cabinas de los controles, la Germanderie en general, y algunos que otros agentes de la ley en particular, se la merece cuando lleguemos a Mauritania)


En Boujdour fue en el primer sitio donde agradecí que estuviésemos en pleno Ramadán.
Cuando llegamos, la ciudad estaba vacía, en silencio...
Mientras nos instalamos en un hotel de la avenida principal para recuperar el descanso perdido en la acampada anterior y proceder a una ducha de agua turbia pero igual de efectiva que la depurada....el sol desapareció por completo y con ello...llegó el gentío, los comercios abrieron las puertas y encendieron las luces, algunos establecimientos encendían las brasas y las carnicerías colgaban la carne en los ''esparates'' como si de trofeos se tratase.
Ya empezaba a oler...a comida!!

Comprar en la carnicería alguna parte del cordero, cruzar la acera para que un ''establecimiento'' te lo prepare en las brasas, sentarse en la mesa de un ''bar'' donde una de las patas era un taco de madera, las moscas nuestros fieles aliados y el humo de las brasas que no te deja a penas ver más allá de un plato común donde tirar los huesos del manjar...es una gran cena.

África tiene su ritmo, sus costumbres y sus pautas. Tratar de cambiar algo es inviable y ofensivo en muchos casos.

Así que...donde fueres, haz lo que vieres!

3 Agosto: Boujdour - Dakhla - Café Barbás

Este día en mi interior lo he bautizado como: La culpa la tuvo una tablet...

Después del rico cordero de la noche anterior, de dar el parte a los desorganizadores de esta ''RAID BURKINA FASO, CAGÓN EL ÚLTIMO'' (que nadie se extrañe, el nombre lo ibamos adaptando a la africana, es decir, sobre la marcha!), de que los hermanos moteros me llamasen para comentar que se habían quedado a pasar la noche en el pueblo anterior y al siguiente día de nuevo nos cogían , y de intentar, sin éxito, agregar mapas a la ``dichosa tablet´´ de Juan hasta altas horas de la madrugada y decidir que continuaría al día siguiente con ello, mudándome a su Mitsubishi por un día…llegó el 3 de Agosto y con él llegaba el final de Marruecos y el principio de lo que para mí ha sido: otro viaje.

La mañana con mis nuevos anfitriones y a bordo de la Mitsu fue pausada, distendida y muy entretenida:

``Flaca´´ se convirtió en mi nombre ese día.
Iba a bordo de ``La putilla´´, que seguro había sido bautizada previamente, al igual que se hace con un buque, con una botella…de ron.
Parábamos cada poco al grito de: Pisha!!!! Foto, foto, foto!!!!
Y en cada parada se aprovechaba para tomar un café, una macedonia de fruta o agua fresca de la que más adelante sería: una muy codiciada nevera.


La sobriedad del paisaje solo se rompía mirando un Atlántico que se perdía con el cielo.

De vez en cuando y como si estuviesen colocados estratégicamente allí para romper la rutina…junto a los acantilados habían una, dos o tres cabañas artesanales de pescadores, que las apreciabas después  de ver asentadas en la arena unas rústicas barcazas, casi todas con los interiores pintados en azul y motivos que rememoran los 60’ dibujados en su exterior.


Cuando te acercabas y escondido por la falta de contrastes en el color, en ocasiones se habría una pista de arena que desembocaba en pequeños o medianos embarcaderos a orillas del mar.

Una de las veces que atracamos la Mitsu y ya próximos a Dakhla nos encontramos a Josete y a los moteros (Leon & Andrés). El resto habían decidido saltarte el punto de encuentro e ir directamente hacia Barbás.



Juntos entramos a ese pequeño brazo en medio del océano anteriormente denominado ``Villa Cisneros´´, casa de acogida de muchos amantes del surf, kitesurf y windsurf.


Tras reponer vitaminas, proteinas y sales minerales había que llegar a Barbás antes de que anocheciese.
A pocos km del destino paramos a repostar en una gasolinera muy bien conservada (en comparación a lo que estábamos ya acostumbrados).

Y allí, en una gasolinera perdida del Sahara, no sé bien como empezó, pero me lo acabé pasando en grande.

Un Defender había pinchado una rueda (lo raro allí es que no revienten las 4). Pedro vio apurado al dueño (que algo tenía que ver con la gasolinera) y se prestó a ayudarle.

Cuando bajé del coche, él ya estaba manos a la obra intentando hacerse entender con el hombre en france-english, su mujer se había ido a un cuarto junto a la gasolinera y su hijo (un niño de no más de 7 años y de nombre impronunciable) me estaba alegrando aun más si cabía el día.

A él volveré más tarde, puesto que más adelante volvimos a coincidir.

Mientras el pequeño me llevaba con su madre a tomar un té y se divertía haciéndose fotografías con mi cámara, presentándome a su perrito, jugando conmigo, oia a Pedro que seguía intentando entenderse en france-english con el padre de familia.

Yo…seguía disfrutando de la amabilidad y la generosidad de una maravillosa saharaui con la que a duras penas lograba entenderme.
Pero en ocasiones no hace falta entender lo que dicen para comprenderles. Y esta era una de esas ocasiones.

Cuando salimos fuera, a Juan se le ocurre preguntarle al hombre algo muy acertado:
-         Tu eres Marroquí? Mauritano?
-         No, de Cuba!!

La reacción no se hizo esperar:
-         Pedro!!! Pisha!! Que haces hablando con el cubano en france-english??

La cara de Pedro…un poema.


El resto de la tarde continuó en carretera hasta que llegamos Café Barbás ya al anochecer.



Como se agradece una cena, una ducha y una cama!!


4 Agosto: Café Barbas - Cabo Tafarit

En realidad el título debería ser:

4 Agosto: Café Barbas - Nouadhibou (y no porque nosotros lo quisiéramos así...sino porque simplemente: C'est L'Afrique)

La noche anterior recibo un sms de Antonio (desorganizador):

-Mañana debéis salir pronto para pasar cuanto antes la frontera con Mauritania.
(se le olvidó añadir: y que Alá os acompañe y Yoda os de fuerza, porque nos hubiese venido bien)

No lo suficientemente temprano, al parecer, metimos nuestras mochilas en los coches y pusimos rumbo al final de Marruecos y a que Mauritania, la policía, germandería y aduana de su frontera nos diesen una calurosa bienvenida.

África, a mi parecer, tiene unos misterios que la hacen impredecible.
Uno de ellos (los demás los iré destapando poco a poco) es que tan solo existe una frontera Marruecos-Mauritania y una carretera que lleva a ella; que está al pie del hotel donde dormimos.
Nos habíamos despertado pronto y pasamos un buen rato ordenando los coches, motos, papeleo, repostando junto al asfalto, y en ningún momento vimos circular ningún vehículo dirección Mauritania; lo cual hace que dentro de ti pienses:

-Que buenos somos!! Hemos madrugado y vamos a ser los primeros del día en pasar la dichosa frontera.

Y esa teoría va adquiriendo a cada kilómetro que recorres más cuerpo, ya que no rueda por la carretera ningún vehículo ajeno a la ''RAID''. Y el orgullo europeo continúa in-crescendo.


- Pero que buenísimos!! Madre mía!! A las 11:00 ya estamos en Mauritania seguro!!

Y pisas el acelerador mientras te recuestas en el asiento del coche, relajado, saboreando el triunfo que te espera. Reclinas la cabeza hacia el respaldo y vas visualizando lo poco de Marruecos que queda a derecha e izquierda mientras vas cavilando en que, tal vez, y como llegaremos tan pronto, sería buena idea una vez visto Cabo Tafarit, continuar y pasar noche en Nouakchott.

Y todo eso pasa...mientras en el horizonte frente a ti una mancha negra comienza a crecer y a coger forma de caravana de camiones, turismos, autobuses, furgonetas, motos...parados y con los conductores paseando por la carretera, charlando, tomando te...


Si por las noches la circulación de turismos es casi inviable debido a las carreteras maltratadas, a la falta de iluminación y a los pasos cebreados imaginarios que han confeccionados los dromedarios, cabras, vacas, etc...y esta mañana no ha pasado nadie por la carretera desde que nosotros estábamos guardando el equipaje...

-De donde ha salido toda esta gente??...o mejor dicho...
-Desde que hora de ayer lleva aquí esta gente??

LA RESPUESTA: NI IDEA

Ya en cola, adoptada de forma definitiva por la Mitsu y sus ocupantes y de nuevo rebautizada con el nombre de ''secretaire'' (''las fiches'' de las que en breve hablaré fueron las responsables de mi condecoración), solo quedaba bajar del coche, coger los pasaportes y empezar a gestionar papeles para ¿agilizar? los trámites.

1º El policía del cuartito al que entregas pasaporte y ficha rellena.
2º El gendarme que supervisa, en algunos casos, los coches.
3º La aduana
4º Los militares que re-supervisan todo lo hecho.

Solo 4 pasos y solo...5 horas para efectuarlos!!!

Algunos echaban largas siestas en los coches, otros desayunaban, otros (como el protugués) tenía largas charlas con un mauritano al que estaba remolcando hasta casa desde Barbás...

Y yo me encontré con el hijo de la familia saharaui-cubana, que de lejos me vio, vino corriendo hacia mí y de un salto se enganchó a mi cuello para darme un abrazo enoooooorme.

Ni libros, ni revistas, ni música...él (sin proponerselo) tuvo la capacidad de hacernos a muchos (y en especial a Juan, León, Andrés y a mí) el tramite más ameno.

Y las 14:00 por fin nos disponíamos a atravesar ''Tierra de Nadie'' (el tramo fronterizo entre el Sahara y Mauritania de unos 5km con un ''vacío de poder'', un cementerio de vehículos calcinados y atravesado por una angosta carretera bordeada de minas, herencia de la guerra entre Marruecos y el Frente Polisario).

Es, sin duda, el lugar más inhóspito por el que he pasado jamás.







Una vez pasada la ''pantalla'' (cruzar ese tramo me recordó mucho a pasar un nivel de un videojuego. Un tramo corto que no se parece ni a lo que acabas de dejar detrás ni a lo que te vas a encontrar delante), y pensando que en Mauritania los trámites irían más rápido nos dispusimos a seguir la rutina:

1º Los militares.
2º Gendarmerie en cuartito  + 10 euros por los servicios.
3º Aduana
4º Seguro de los vehículos.

  • Estos 4 pasos en moto: una hora aproximadamente.
  • Estos 4 pasos en turismos: 4 horas aproximadamente.
  • Que Andrés y Leon decidiesen esperarnos y sacrificar ver el ocaso en Cabo Tafarit: Loable
  • Que haciendo el último paso del último coche se pare el mundo, llegue la hora del rezo y nos hagan esperar más de 1/2 hasta que los funcionarios concluyan la oración: NO TIENE PRECIO.

Una vez finalizado el proceso de asimilación del ritmo africano y puesto que la noche estaba al caer, cambiamos el destino y nos desviamos a buscar cobijo en Nouadhibou (la ciudad más cercana a la frontera).



Allí...un albergue-hostal, una cena en el ''Restaurante Español'' y un momento surrealista cuando, al salir del restaurante, Juan, Pedro, León, Andrés y yo nos encontramos a Carlos (Portu) bajando del Patrol acompañado por el mauritano al que había remolcado y que les había correspondido invitándoles a cenar y pasar la noche en su casa. Carlos vestido íntegramente con una Darraa blanca (típica túnica amplia con bolsillos en el pecho) y El Haouli (turbante).

Por hoy...ya lo habíamos visto todo.


5 Agosto: Nouadhibou - Nouakchott

Nouadhibou: la segunda ciudad más grande de Mauritania y especialmente conocida por su bahía, en la que descansa un cementerio de barcos con decenas de navíos varados como ballenas oxidadas.



Después de una parada imprescindible para contemplar una parte de su grandeza, seguimos rumbo a, primeramente, Cabo Tafarit (la deuda pendiente del día anterior).

Puesto que la llegada había de ser por pista a través del parque del Banco Arguin los componentes de esta ''RAID BURKINA FASO - CON EL MOJO PICÓN A UN PASO'' estaban de la siguiente forma:

  • Por un lado: La H1 y el R19 no tenían ganas de pista y avanzaron hasta Nouakchott por carretera.
  • El Patrol debía seguir dando vueltas por Nouadhibou con Carlos vestido de Mauritano.
  • El Toyota decidió no seguir bajando y, al parecer, comenzó el retroceso.
  • La Mitsu canaria, la VW a los mandos de Josete y las motos capitaneadas por León y Andrés, seguimos con el itinerario previsto.

De camino y cerca del cruce con la frontera ''innombrable'', una cartel te recuerda que si tienes que orinar no te metas muy hacia dentro.


Comenzaba a escasear otro color que no fuese el de la arena, que por momentos aumentaba de la misma forma que aumentaba el calor....lo cual hacía el trayecto incómodo para los coches y heroico para las motos.


En la entrada de la pista que llevaba a Cabo Tafarit nos encontramos los 4 vehículos.

Mientras comentábamos qué hacer ya que la arena (finísima) dificultaba el paso a las motos y el calor, que resultaba insoportable (creo recordar que el termómetro de Josete llegó a alcanzar los 50º en un momento dado), se lo dificultaba aun más...un mauritano paró su Navara frente a nosotros para preguntarnos si necesitábamos ayuda (esto empezaría a pasar bastante).

Más que ayuda, orientación:

- Está accesible la pista hasta Cabo Tafarit?
(esto preguntado en un básico france-english a la española)

- Para la Mitsu, sí. Para la VW, lo dudo. Para las motos, misión imposible con esta arena.


Aun nos queda el consuelo de que, en el fondo, lo importante no es conseguirlo, es haberlo intentado!

Nuevo objetivo: Nouakchott!!

Arena, arena, arena y algún árbol despistado. En alguna ocasión una haima refugia a toda una familia del áspero siroco.


-Siroco??? Un siroco es lo que les debe estar dando a los moteros!!!!

Ya casi llegando a la ciudad encontramos una pista que llevaba al mar.
La idea principal era llegar a él y dejar que el Atlántico se llevase los kilos de arena y calor de nuestros cuerpos.

Entrando en ella la VW y nosotros nos alcanzan los moteros....se quitan los cascos...y tengo una imagen tatuada en mis retinas que describe el siroco que les dió.

Cuando Andrés se quita el casco veo (muy extrañada) que la única parte visible de su cabeza son los ojos y, bajo estos, una camiseta beige de bebé de no más de 6 meses. El cuello de la camiseta sobre la nariz, manchas de papilla resecas que le llegaban hasta la barbilla y las mangas (ay, esas mangas!!) a derecha e izquierda de su cabeza con las orejas haciendo que estas se mantuviesen en horizontal.

Evidentemente, habian varias preguntas pendientes:
  1. Por qué lleváis camisetas de bebé sucias en la cabeza?
  2. Por qué Andrés la lleva colocada como si su cabeza fuese una persona más?
  3. De donde, en medio de la nada, las habéis sacado?
Lo mejor, la respuesta de León:
  • Estas camisetas sucias hoy nos han salvado la vida!!.
(Hay que ver el valor que les damos a las cosas a 50º y en medio del desierto!)


Si yendo en coche habías de llevar manga larga para que el sol no te abrasase, bajar las ventanillas no era buena opción porque el aire, cálido y seco, se hacía irrespirable y la arena en polvo que levantaba te tapaba cada uno de los poros....yendo en moto y saboreando sin chasis la temperatura, el viento y la arena, no es de extrañar que acabasen empapando en agua y poniéndose las camisetas que Dani (H1) les dio para, al menos un poco, aliviarles y dejarles respirar.

Pero, como no tenían bastante con el tramo por carretera, se unieron a los coches para atravesar la pista.


La ida, con el único incidente de que no llevaba al océano y dimos media vuelta.
El retorno...con el único incidente de que: al Petit Brother no le arranca la Suzu!!!!

Y ahí va el remedio a la canario-africana de Juan:
  • Ne pas Problem!!! Se saca la eslinga y remolcamos al pisha para que la arranque en marcha!!
Y dicho y hecho: se saca la eslinga, enganchan la moto, Juan pone la marcha atrás, suelta embrague, pisa acelerador y...el pisha casi sale volando!!


Finalmente toquetearon a derecha y a izquierda... tiraron un cable de un sitio a otro (lo siento en el alma, las clases de mecánica y/o electricidad-electrónica me las salté) y arrancó.

Entramos en Nouakchott, como era habitual en nosotros, muy entrada la tarde.

Y de nuevo un día más la única rutina: buscar donde dormir, ducharse y quitarnos el desierto que nos habíamos llevado ese día encima, cenar y a dormir!!


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